El Evo que siempre fue

A veces, repasar los cajones de los recuerdos trae sorpresas. Por distintos motivos, guardé uno de mis cuadros más preciados -un Mamani Mamani antes de que fuera un artista de Estado- empaquetado en periódicos de la época. Al despedazar la envoltura como niño que rompe el papel de su regalo luego de dieciséis años empaquetado, me detuve en azarosamente una página: el editorial de La Razón del 10 de julio del 2004 titulado “Cuando la política duele”. No recuerdo mucho el contexto, creo que era un acercamiento de Evo Morales, entonces líder cocalero, con Carlos Mesa, entonces Presidente.

Reproduzco textualmente algunos extractos:

“Evo Morales surgió de improvisto en el trópico cochabambino y de inicio se notó que aparecía en el escenario político un personaje joven que iba a dar qué hablar. Mostró las cualidades que son indispensables para la política boliviana -picardía, sorna, impostura y arrojo-, su nombre empezó a escucharse por todos lados y los sucesivos gobiernos empezaron a sentirse incómodos ante un dirigente al que sus bases obedecían y que se había convertido en un especialista en bloqueos de caminos y carreteras…

“Los caminos de la política son muy duros, mucho más de lo que se cree. Paz Zamora, Banzer y Sánchez de Lozada (…) pagaron muy caro su paso a la presidencia (…). Evo Morales no podía ser la excepción.

“Ya ha tenido algunos disgustos y encontronazos el líder cocalero. Su aproximación al actual Gobierno le ha debilitado un flanco por donde van a querer meter sus lanzas algunos enemigos. Pero de los disgustos que duelen, Morales ha tenido últimamente dos. La sublevación de los senadores del MAS fue el primero, cuando el diputado Escóbar le hizo comprender que no era impunemente poderoso. Evo Morales lo hizo echar del MAS en una asamblea -sin proceso ni tribunal- para demostrar su poder omnímodo. Pero Filemón Escóbar no es un dirigente del montón, ni mucho menos.

“La respuesta fue inmediata y contundente. Jaime Solares anunció que la COB expulsaba con ignominia de sus filas a Evo Morales, por “traidor”, “vendepatria” y “mesista”. (…). Los dolores de la política han comenzado para Evo Morales”.

No voy a entrar en detalles del momento. El lector de nuestra era sabrá juzgar si el perfil esbozado en aquel editorial de hace más de tres lustros dibujaba la esencia del personaje que después devino Morales en el centro del poder boliviano. También es el lector quien sabrá apreciar el curioso cambio del matutino de entonces al de hoy, en el cual sería imposible encontrar una crítica a algo que venga del MAS; con los años uno ya sabe quién tiene La Razón. Lo que me queda claro que siempre se puede encontrar enseñanzas mirando al pasado. “La historia es el juego de la Fortuna” por eso su devenir es una constante interrogación, decía Octavio Paz.


Publicado en El deber el 01 de diciembre del 2020.

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